Este modismo lo utilizamos para señalar que, en ocasiones, se usa de forma absurda medios desproporcionados y costosos, o esfuerzos insólitos, para solucionar problemas ínfimos o nimios. Es más, esas soluciones desmesuradas pueden provocar daños mucho mayores que lo que se pretende resolver.
El origen de esta frase es metafórico, pues si se pretendiera matar una mosca no sería necesario utilizar un cañón, ya que, además de ser un despilfarro, sería un auténtico despropósito y, obviamente, los perjuicios ocasionados por tal acción serían enormes.
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