Utilizamos este modismo cuando hemos generado unas expectativas o esperamos un determinado comportamiento de alguien o algo, y el resultado final nos defrauda al no ser lo que esperábamos. Es decir, para expresar que estamos decepcionados, desilusionados, defraudados o frustrados con algo o alguien que pensábamos sería mucho más positivo. Se puede usar esta frase en muchos contextos.
Su origen en el mundo de la pesca. Antiguamente la expresión real es “Salir pez o salir rana”, pues algunas veces los pescadores de ríos y pantanos pensaban que habían cogido un pez muy grande, pero al salir del agua descubrían que realmente habían cogido una rana y quedaban decepcionados ya que se habían incumplido las expectativas de pescar un delicioso y enorme pez. Otra teoría sobre su origen se remonta al Antiguo Egipto. Según Heródoto, justo en la mitad del periodo entre la siembra en los márgenes del Nilo y la cosecha tenía lugar un rito que debía indicar por aproximación el resultado de la siembra. El primogénito del faraón introducía en una bolsa dos medallas de bronce de dos divinidades: Ra, dios del sol, y Heket, diosa de la fertilidad, representada normalmente con el cuerpo de una mujer y la cabeza de una rana. Después se encargaba al primer niño zurdo nacido después de la crecida del Nilo que metiera la mano en la bolsa y escogiera una de las dos efigies. Si salía Ra, se anunciaba una buena cosecha, y era a Ra a quien se encomendarían las plegarias; si salía Heket (rana), era un mal presagio y había que ofrecer sacrificios para pedirle una próspera cosecha el año sucesivo.
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