Aunque no hay evidencia histórica de que ‘Perico de los palotes’ haya sido una figura real o una persona específica, algunas fuentes, sin embargo lo describen como un personaje del siglo XVI al que se llamaba así por ser un bobo que tocaba el tambor con dos palotes (baquetas) precediendo al pregonero, quien daba a conocer al pueblo las disposiciones oficiales. Éste, que era un tipo listo, se quedaba con el sueldo y las propinas para ambos. Hay otros que aluden al niño que aprende a escribir y está aún en los palotes.
Con el tiempo, la expresión ‘Perico de los palotes’ pasó de aludir a una persona indeterminada, de quien se desconoce el nombre a ser utilizada para referirse a alguien a modo de burla, considerándolo tonto o ingenuo.
Hubo hace unos 150 años una periodista activista que se llamaba Carmen de Burgos que además fue una escritora muy prolífica, ya que escribió más de 100 novelas y más de 100.000 artículos en prensa. En aquel tiempo como se había divorciado, no podía firmar con su nombre y decidió hacerlo con el pseudónimo de Perico el de los palotes. Ella decía que no importaba quién publique, lo importante es que se publique. Fue la primera corresponsal de guerra de nuestra historia. El franquismo se encargó de borrar su importancia y su figura nada más ganar la Guerra Civil, de hecho fue uno de de autores prohibidos durante el régimen.
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