Esta expresión se usa, en teoría, para indicar que ha surgido un impedimento o problema religioso para llevar a término alguna acción. No obstante, se suele aplicar, en general, cuando ese obstáculo o impedimento surge ante cualquier tipo de autoridad superior.
Su origen procede de un episodio de Don Quijote de la Mancha, capítulo IX de la segunda parte, en que don Quijote y Sancho entran de noche en el pueblo del Toboso buscando el palacio o alcázar de Dulcinea y se encuentran frente a la iglesia de San Antonio Abad de El Toboso. En realidad la frase que pronunció don Quijote fue “Con la iglesia hemos dado, Sancho”. Cervantes hacía referencia a que los personajes llegaron al templo, y por eso la palabra iglesia aparece en minúscula. Cuando se usa con el sentido de referirse al estamento eclesiástico aparece en mayúscula. Además, la cita que es falsa, aunque inspirada en esta frase, dice “topado” y no “dado”. La cuestión es que como el Quijote es una magistral sátira de la sociedad de su época que, en ocasiones, provocaba segundos sentidos, o sentidos figurados, desconocemos si, en esta ocasión, tuvo la intención de darle un doble sentido y provocar una fina sátira anticlerical y del poder abrumador de la institución eclesial. Por otro lado, no hay referencias de en qué momento se tergiversó esta frase.
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