Esta expresión hace referencia a una situación en la que alguien se comporta de una forma inadecuada, o tiene un comportamiento inapropiado o no acorde a lo esperado, en un determinado entorno. De manera que llama la atención, quizá por el afán constante por destacar de algunos individuos de hacerse notar en cualquier ambiente, aunque generalmente para hacer el ridículo bien sea para bien o para mal.
Su origen lo encontramos en la música, ya que "dar la nota" es lo que hacía o hace el director o solista de un conjunto, que se destaca de los demás dando a los otros músicos la nota o el tono de la pieza musical que se disponen a abordar, haciéndose pues notar sobre los demás. Más tarde, en los propios ambientes musicales se desarrolló una acepción irónica de "dar la nota", para aquel músico, cantante, etc., que se equivocaba dando una nota discordante, como si fuera a dar entrada a una melodía diferente, en claro sentido burlesco.
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