Esta locución verbal significa que alguien tiene un carácter o una personalidad fuerte que hace que sea una persona decidida con una actitud combativa ante situaciones difíciles o conflictivas y con pocos miedos, lo cual hace que, en ocasiones, sea alguien difícil de tratar, de manipular o de convencer. También puede tratarse de personas impulsivas que pueden cometer algunos excesos en su comportamiento.
Tiene su origen en la época medieval, cuando las armas eran utilizadas como herramientas de poder. En ese contexto, aquellas personas que estaban dispuestas a usar las armas para defender sus derechos, su honor o sus intereses eran consideradas valientes y decididas y constituían una señal de valentía y determinación para enfrentar cualquier peligro o desafío, sin importar las consecuencias o el riesgo personal. Fundamentalmente se asociaba a los guerreros o soldados que estaban preparados para entrar en batalla y luchar hasta la muerte si era necesario.
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