Esta expresión significa desvelar un secreto, dar a conocer un asunto o sacar a la luz algo que estaba oculto. Se puede hacer de forma espontánea o premeditada, aunque generalmente no se hace de manera involuntaria o por descuido sino después de haber realizado un análisis muy detallado de las consecuencias de tal acción.
Esta locución tiene un origen cinegético. Es habitual entre cazadores y alude al hecho de ojear el terreno y disparar cuando la pieza escondida salte y se ponga a tiro. Para ello son ayudados por los lebreles que son los encargados de hacer que éstas salgan de sus ocultas guaridas.
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