Esta expresión la usamos habitualmente para señalar que a una persona le suceden varios hechos desafortunados en un lapso corto de tiempo. Se la ha relacionado con la mala suerte y con el mal humor. Aunque todo ello es pura superstición y no hay nada científico que lo respalde.
Su origen lo podemos encontrar en la Antigua Roma donde se creía que todo lo que estaba relacionado con la izquierda representaba el mal y la mala suerte. Por lo tanto, no querían entrar a ningún lugar pisando con el pie izquierdo. Esta mala fama tiene su origen siglos atrás, debido al miedo y rechazo que sufrían los zurdos, ya que se consideraban como algo misterioso y fuera de lo normal. Con el correr de los años, esta frase se volvió popular en las nuevas civilizaciones. Desde la tradición bíblica hasta los romanos, la izquierda ha sido sinónimo de mala suerte y de superstición. A su vez, en el siglo XIX ningún marinero subía al barco por babor (costado izquierdo de la embarcación), aun siendo más cómodo que hacerlo por estribor. ¿Por qué? Porque en esa época era impensable ir en contra de la tradición. Por el contrario, la frase “entrar con el pie derecho” es conocida como algo positivo en el inicio de una actividad. Su origen se remonta al entorno eclesiástico cuando se decía que los sacerdotes debían entrar al altar con el pie derecho, ya que según el catolicismo, al Paraíso se entraba por el camino de la derecha y con dicho pie.
Para abundar más y como curiosidad, la palabra siniestro proviene del latín “sinister” que significa izquierdo.
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