Este modismo se usa para referirse a personas que tienen mucha suerte y salen bien parados de situaciones difíciles, es decir, a aquellos a los que les sonríe la fortuna y todo les viene de cara. También se refiere esa suerte a algo que se ha hecho, se está haciendo o a algo que se ha logrado y que es difícil de conseguir.
El origen de la expresión se debe a que los partos de niños con los pies por delante son muy peligrosos. Si bien la mayoría de los niños nacen con la cabeza por delante, en posición cefálica, cuando el niño viene al revés, es decir, «de pie» o de nalgas, el parto es más complicado. La posición podálica siempre se ha asociado con dificultad, es, de hecho, peligrosa desde un punto de vista médico, por eso en muchas ocasiones se realizan cesáreas para evitar riesgos. Se dice que los niños que nacen con los pies por delante son niños con mucha suerte porque han superado desde el principio una situación delicada, sobreviviendo al parto.
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