NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

Esta frase se usa para advertir a las personas que no se dejen llevar por las apariencias y desconfíen de ellas, pues no todo lo que parece valioso lo es realmente. Tenemos que ser cautelosos a la hora de juzgar a los demás o las situaciones en que se encuentran. El dicho se usa para hacer referencia a que una persona, objeto o situación no es tan buena o valiosa aunque así lo parezca, por tanto debemos ser precavidos y no apreciar las cosas solo por su superficie. Resumiendo, no debemos asumir que algo es valioso solo por su aspecto. 

Esta expresión está basada en que el oro es un metal precioso que se caracteriza por su brillo. Sin embargo, otros metales pueden brillar también sin ser oro. El origen de la frase procede de una fábula de Esopo, un escritor griego del siglo VI a.C. donde un cuervo es engañado por el brillo de una falsa joya. Nos llegó del latín “non omne quod nitet aurum est”. La podemos encontrar en la obra de Miguel de Cervantes “Don Quijote de la Mancha” y en “La Celestina” de Fernando de Rojas. Sin embargo, fue popularizada por William Shakespeare en su obra "El mercader de Venecia”.