El significado de esta expresión nos advierte de que nunca hay que descartar las posibilidades de hacer cosas que siempre pensábamos que no íbamos a hacer jamás. Es decir, que no digamos nunca no a nada porque no se sabe qué haremos sobre ello en un presente o futuro. Hay que aceptar que la vida da muchas vueltas y en caso de necesidad todo el mundo estará dispuesto a hacer lo que sea para sobrevivir, por tanto se nos invita a no realizar promesas que puede que no vayamos a cumplir.
Su origen es campesino, de cuando algo era por consentimiento, basado en el realismo y, por lo tanto, por mucho que les repugnaba una cosa, no podían afirmar que no la harían o que estaban libres de que les sucediera. Es decir, que está relacionado precisamente con este tipo de dependencia -ya sea económica o vital-, que surgía en el momento en que las personas se percataban de que ante la necesidad, todo el mundo se olvidaba de las circunstancias y de las promesas pasadas. Hace siglos que existe esta expresión, de hecho la podemos encontrar en el ”Quijote de la Mancha” en el capítulo 55 de la segunda parte cuando el personaje de Sancho Panza utiliza la frase para expresar su sorpresa ante la posibilidad de que él mismo se convierta en gobernador de una ínsula. Con efectos humorísticos existe una forma más larga de esta paremia: Nunca digas “De esta agua no beberé ni este cura no es mi padre”. Hay incluso otra forma más larga aún: Nunca digas “De esta agua no beberé, ni este cura no es mi padre, ni este trasto no cabe”.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada