Esta curiosa expresión la usamos para mostrar enfado o cuando se quiere enfatizar en el desacuerdo que se tiene sobre algún asunto y, en ocasiones, lo hacemos de una manera despectiva y bastante grosera para echar por tierra un argumento ajeno.
Hay varias teorías que explican el origen de esta peculiar expresión. Una de las teorías más extendidas proviene de la época romana en la Península Ibérica. Concretamente, del método que usaban para la conservación de los alimentos para los largos viajes por mar. Este consistía en meterlos en barriles con vinagre para que no se estropearan. Era, por ejemplo, el caso de las cabezas de los espárragos o pullas (su nombre en latín). Se supone que el fuerte olor que estos alimentos producían provocaba que los animales que viajaban en las bodegas del barco se irritaran. De ahí que cuando alguien se encontrara en una situación similar se utilizara la expresión ‘pollas en vinagre’.
Otra versión indica que proviene de una epidemia de enfermedades venéreas que se produjo en el antiguo barrio chino de Barcelona (actual Raval). De ahí que recurrieran al vinagre para lavar las partes nobles de sus clientes antes de mantener relaciones.
Otra teoría cuenta que procede de un antiguo plato popular que se servía en Yecla (Murcia) y que consistía en sardinilla en aceite, acompañada de una guindilla, que eran conservadas en vinagre y consumidas como un manjar. El término "pollas" podría haber sido utilizado en este contexto como un eufemismo humorístico para referirse a la forma alargada de estos animales y similar al órgano sexual masculino.
Otra teoría propone que esta frase tiene sus raíces en la Edad Media, ya que algunos historiadores sostienen que durante ese período, ciertos castigos crueles incluían sumergir los genitales masculinos en vinagre u otros líquidos corrosivos. La expresión habría surgido como una forma de describir la agonía y el sufrimiento asociados con este castigo. A lo largo de los siglos, el uso de la frase se habría modificado, pasando a ser un término vulgar y ofensivo utilizado para expresar desdén o disgusto hacia alguien o algo.
Pero, probablemente, la explicación más acertada se refiere al término ‘pulla’, pero no en el sentido mencionado anteriormente de los brotes verdes de espárragos usados por los romanos sino en la acepción que le da el diccionario de la RAE al vocablo en castellano y en la que señala que se trata del dicho con el que indirectamente se humilla a alguien. Muchos son los expertos que sostienen que, a esa frase o palabra que se dice para herir a alguien verbalmente (pulla) si se le añade vinagre (o sea, sarcasmo o ironía mordaz) escuece o duele todavía aún más, de ahí que posiblemente esa ‘pulla con vinagre’ terminase convirtiéndose en la conocida expresión ‘pollas en vinagre’ que se usa para responder descortésmente.
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