Este modismo lo empleamos para manifestar sospechas o dudas en torno a la veracidad, certeza o la legalidad de la acción de una persona o de un hecho. Llegando al extremo de mostrar desconfianza del éxito o del honor de una persona.
Esta expresión tiene su origen en el derecho procesal de la antigua Roma.. El plural de la palabra latina “telum” era tela y significaba cuarto cerrado donde se guardaban expedientes que debían esperar a una investigación; es decir, los expedientes y cualquier tipo de documento que tuvieran alguna relación con los casos y a los cuales les faltaban datos por resolver. Se archivaban, temporalmente, porque generaban dudas, ya que estaban pendientes de averiguaciones previas para poderlos resolver, bien por la ausencia de pruebas o por no estar concluidos, por lo que sobre ellos recaían dudas. Era en ese espacio, además, donde se llevaban a cabo las discusiones o debates sobre algún conflicto legal.
Otra teoría indica que esta expresión surgió en la época medieval, La "tela" era la valla que dividía en dos partes el terreno empleado para las justas de los antiguos caballeros, la cual evitaba que los caballos, en su carrera frente a frente, se toparan entre sí. Dicho terreno recibía el nombre de "liza". Si bien los torneos servían como espectáculo para grandes eventos y empleaban normalmente armas simuladas, la razón de ser de las justas originariamente era impartir justicia en caso de una disputa en la cual se empleaban armas auténticas. En éstas se usaban hasta tres lanzas de madera para determinar el vencedor. Por lo tanto, "poner en tela de juicio" significaba trasladar algún litigio a la liza para conseguir la razón mediante las armas.
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