Usamos este modismo para referirnos a que por un motivo o por otro no se ha podido realizar algo o a que por una causa o por otra ha ocurrido algo, sin especificar la razón.
El origen de esta expresión tiene su explicación en las dificultades que genera en los niños (también en los adultos) cuando están aprendiendo ortografía en castellano saber si una palabra va con “h” o sin “h”, con “b” o con “v”, especialmente a la hora de los dictados; por lo que era más frecuente de lo deseado que éstos suspendiesen. Por eso cuando llegaban a casa decían: «Por hache o por be, me han suspendido».
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