Esta locución viene a indicarnos que, en ocasiones, de poco sirve jactarse de tener un pariente o conocido rico o de buena posición (y que vive en otra población), ya que, debido al poco contacto existente entre ambos, éste no puede favorecernos en nada y por mucho que se le aluda como referencia, no se conseguirán favores ni beneficios. En definitiva, de poco vale presumir de algo que no sirve para nada y, por tanto, es inútil.
El origen de esta expresión probablemente se originara hacia el siglo XVI, tras la creación de la Universidad de Alcalá de Henares a la que fueron enviados estudiantes de diferentes puntos de la península, cuando los padres recomendaban a los hijos que iban a iniciar los estudios universitarios visitar a personas influyentes: "Su merced vaya a visitar al canónigo Fulano, o al beneficiado Mengano o al profesor Zutano". Dichas recomendaciones se acostumbraban a finalizar con la coletilla "Y no olvide visitar a su tío". El susodicho tío, muchas veces era inexistente, pero daba a entender que cualquier favor de todas las personas nombradas le vendrían bien en su iniciación. Un segundo origen nos cuenta que la popularización de la expresión proviene de una famosa pieza teatral escrita por Carlos Arniches titulada ‘El tío de Alcalá’, y que fue estrenada en 1901.
También existe una famosa y muy usada variante de la expresión que dice ‘Quien tiene un tío en Graná, ni tiene tío ni tiene ná’ siendo numerosos los granadinos que atribuyen el origen de la locución a su ciudad o provincia.
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