Existen varias hipótesis sobre el origen de este dicho, pero todas lo sitúan en los tiempos de la guerra de Granada. La primera de ellas afirma que esta frase fue exclamada en el campamento de los Reyes Católicos, ubicado en las inmediaciones de Granada aunque se desconoce quién la exclamó. Dicho campamento estaba en Santa Fe, así que Antequera quedaba al oeste, siendo imposible que el sol saliese por Antequera, dado que está situada a poniente de esta ciudad, y, en consecuencia, tendría un carácter irónico. Otra de las versiones tiene como protagonista al infante Fernando aspirante en aquel momento al trono de Aragón y regente de Castilla, y que, a la postre, resultaría conquistador de la ciudad de Antequera. Cuenta la leyenda que el 10 de abril de 1410, en plena campaña militar destinada a recuperar tierras para el bando cristiano, tuvo una visión en su campamento. Santa Eufemia de Calcedonia se le apareció rodeada de leones y ángeles para pedirle que olvidase las dudas: “no temáis, que salga el Sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera”. La ironía de la frase se basa en que el sol sale por el este, y el ataque se produjo desde el norte, así que desde el punto de vista del infante era imposible que el sol saliese por Antequera. La última teoría se le atribuye al sultán Abū `Abd Allāh Muhammad az-Zaghall, más conocido entre los cristianos como el Zagal (valiente). Con sus planes militares desmoronándose, el penúltimo rey de la dinastía nazarí en Granada lanzó un discurso a sus tropas y les dijo “que salga el Sol por Antequera” y les pidió un esfuerzo final sin importar las consecuencias. En cualquier caso, la expresión tendría una connotación irónica o incluso sarcástica, ya que Antequera se encuentra al oeste de Granada, por lo que el sol jamás podría ser visto salir en esa dirección desde la ciudad de la Alhambra.
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