Este modismo suele utilizarse para expresar que uno hace perder la paciencia a alguien, que la inquieta, irrita, encoleriza o hace que se enfade…Es similar a “sacar de quicio”..
El origen de esta expresión algunas fuentes lo atribuyen a la relación que existe con las casillas de un tablero de ajedrez, aunque realmente proviene de otro popular juego de mesa que en España era conocido popularmente como “Tablas Reales” o “Chaquete” y cuya procedencia la debemos buscar en el Backgammon, un milenario juego de tablero y fichas al que eran muy aficionados en la antigüedad, sobre todo, por personas de las altas esferas (reyes, gobernantes, eclesiásticos…). Éstos solían disputar sus partidas enfrentándose a algún lacayo, sirviente o persona de menor rango que intentaban dejarles ganar, pero no siempre era posible, ya que los dados tenían mucho que ver en el devenir de la partida. De ahí que en un momento del juego, cuando una de las fichas caía en una de las casillas que ocupaba otra del adversario, ésta era expulsada fuera (se sacaba de la casilla) y debía volver a entrar por el principio. Si el que perdía la pieza era una de estas personas poderosas, se enfadaba muchísimo porque le habían sacado de sus casillas.
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