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dimarts, 13 de juny del 2023

A CADA CERDO LE LLEGA SU SAN MARTÍN

Este refrán indica que a cada uno le llega el tiempo de pagar o satisfacer sus faltas, todo se paga, tarde o temprano. Nadie queda impune pues, antes o después, quien ha obrado mal recibe su merecido como respuesta por los actos cometidos.

La frase se refiere a los cerdos, que viven felices, mientras sus dueños los ceban, hasta el día de la matanza. Desde hace muchos siglos se tenía el convencimiento de que la mejor fecha para realizar la matanza del cerdo era alrededor de la festividad de San Martín de Tours (11 de noviembre). La semana de San Martín, previa a la llegada de los días de más frío y las nevadas, era la elegida como perfecta para realizar el sacrificio del cerdo, además es el día de referencia para el fin del año agrícola y el comienzo del nuevo año agrícola, día en el que se dan por finalizados los contratos de arriendos; por ello, la llegada de San Martín significa el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Aunque actualmente el sacrificio se retrasa hasta la llegada del frío, (ayuda a conservar la carne) ya más próximo a diciembre, por lo que no necesariamente coincide con esa época.

Así pues, como el cerdo era un animal concebido para el engorde y posterior matanza, de forma natural nació la expresión a todo cerdo le llega su San Martín.

 

A CARA DE PERRO

Esta locución la usamos para indicar que el enfrentamiento, la contienda, la competición o la situación de la que se trate, se hace de forma muy reñida, ruda, agresiva, sin concesiones ni contemplaciones ni delicadezas, con un altísimo grado de hostilidad y dureza y con la intención de ser implacable. La persona muestra una actitud dura y cruda, en la que se destaca la fortaleza tanto de su expresión corporal como de lo que señala con palabras.

Esta expresión proviene del comportamiento que exhiben los perros cuando estos se sienten incomodados o atacados, los cuales muestran sus colmillos mientras fruncen el ceño como una señal de advertencia o amenaza, refiriéndose a la semejanza en el semblante del rostro o en la conducta agresiva de esa persona. La expresión se refiere a la actitud del perro guardián, que ladra y muestra los colmillos al sentirse amenazado o cuando debe defender la propiedad.

A DIESTRO Y SINIESTRO

Esta locución la usamos para decir que algo se hace sin tino, sin discreción ni miramiento y sin seguir un plan premeditado. Significa a derecha e izquierda, es decir, a todos lados y en gran cantidad. Frecuentemente, también se aplica al hecho de repartir en abundancia, sin límites. También es correcto decir “a diestra y siniestra”.

La palabra “siniestro” parece llevarnos a confusión, porque actualmente el significado más común que le damos es avieso y malintencionado. Pero una de sus acepciones cultas sirve para denominar el lado izquierdo, de hecho, este era el significado originario del latín “sinister”, Como siempre se tiende a hacer un tabú de todo aquello con connotaciones negativas, el español acabó por dejar casi en desuso este adjetivo con el significado de “izquierdo” y lo reemplazó por el euskera “ezker”, que cuando pasó al castellano se convirtió en izquierda. En cambio, “derecho” proviene de la raíz latina “directus”.

Así que la palabra latina “dexter” y su antónimo “sinister”, en la España romanizada, por siglos, se usaron para nombrar a las manos y sus lados asociados, por lo que no es descartable que el uso de esta locución pudiera tener un origen militar asociado al uso de la espada cuando se presentaba una confrontación.

A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO

Esta expresión se dice cuando deseamos algo y nos encomendamos a Dios, pero haciendo a la vez todo aquello que esté en nuestra mano por lograr lo que pretendemos. Invoca, por un lado, la importancia de trabajar y esforzarse para conseguir lo deseado, y por otro lado la ayuda de la gracia divina. Es decir, guarda el equilibrio entre espiritualidad y acción. Este refrán servía para advertir a las personas de los riesgos de caer en la pereza o la indolencia, dejando todo en manos de una divinidad superior. Así "con el mazo dando" se refiere al trabajo y esfuerzo y no debe interpretarse como una indicación de violencia, tal como algunas personas, inclusive políticos, erróneamente concluyen.

Con el paso del tiempo ha ido transformando su significado refiriéndose a las personas hipócritas religiosas que utilizan una doble moral, ya que siendo muy beatas hacen lo contrario de lo que predican. Es decir, predican una cosa y hacen la contraria. En la actualidad, ambas opciones conviven en el mismo refrán, creando una ambigüedad semántica bastante interesante.

Respecto a su origen hay dos teorías. Una de ellas nos habla de un carretero que llevaba un carro cargado y que se le rompió en el camino por donde venía San Bernardo, a quien le rogó, por la fama de la santa vida que hacía, que Dios por su intercesión le arreglase el carro. Dicen que el santo le dijo: “Yo le rogaré a Dios, amigo, y tú entre tanto da con el mazo”.

Otra teoría señala que un escultor tenía que hacer unas estatuas y pensaba que con decir “Dios quiera que se hagan”, era suficiente, hasta que le dijo su padre: “A Dios rogando y con el mazo dando”.


A ENEMIGO QUE HUYE, PUENTE DE PLATA

Este refrán significa que debemos facilitar la huida o la retirada al que nos molesta u ofende. Originalmente se decía que hay que facilitar la salida de un enemigo que pueda causar daño para que se retire, una vez vencido, sin ensañarse con él. Es mejor poner fin al conflicto y dejar que el enemigo se vaya, a continuar con el enfrentamiento sin haber necesidad de ello ya que los problemas, cuanto más lejos, mejor.

El origen de esta expresión, tan repetida, se atribuye a Gonzalo Fernández de Córdoba llamado El Gran Capitán (1453-1515), conquistador de Nápoles, cuando negoció la rendición de la fortaleza de Loja durante la conquista del reino árabe de Granada. Éste utilizaba esta máxima militar frente a sus tropas como mandato para evitar los obstáculos y facilitar la huida del enemigo vencido. Como tal, es una frase que recomienda liberarse de los enemigos o toda persona que pueda o desea causar algún mal o daño.

A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS

Este aforismo indica que cuando nos enfrentamos a un problema o situación grave, se deben tomar medidas drásticas, extraordinarias o extremas para solucionarlo. También se emplea para indicar que todas las desgracias pueden tener una solución.

El origen de este aforismo hay que buscarlo en una cita del famoso médico griego Hipócrates, quien sugería que, en casos extremos de enfermedad, los remedios extremos son los más efectivos (“Ad extremos morbos, extrema remedia exquisite optima”).

Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta paremia no siempre es aplicable en todas las situaciones, especialmente en aquellas en las que las soluciones extremas pueden tener consecuencias negativas o indeseables y, por lo tanto, es importante evaluar cuidadosamente la situación y considerar todas las opciones antes de tomar medidas drásticas.

A LA CHITA CALLANDO

Esta locución significa realizar una acción con mucho sigilo, con mucho cuidado, con disimulo, en secreto y sobre todo en silencio para no llamar la atención.

Hay diversas teorías sobre su origen. Una de ellas hace referencia al juego de las chitas. La chita es la denominación que se le da al hueso astrágalo o “taba” de la pata de los corderos. El juego consiste en poner derecho una chita o taba en un sitio determinado, y tirar a ella con tejos o piedras: el que la derriba gana dos tantos, y el que da más cerca, uno. Era practicado por niños y adultos, pero cuando estos últimos lo hacían, eran muchas veces objeto de apuestas, las cuales fueron prohibidas y como es de adivinar, hubo quienes siguieron apostando a escondidas “a la chita callando”.

Otra teoría se remonta a la época almorávide de la dominación musulmana, cuando éstos introdujeron en la Península Ibérica un tipo de caza en la que se utilizaba al “chita”, más conocido como guepardo. Este felino domesticado se utilizaba para cazar por su agilidad y ferocidad. Cuando Alfonso X decidió prohibir su uso con fines cinegéticos, muchos cazadores siguieron usándolo de manera furtiva o a escondidas, y al hacerlo así se refirieron a ella como "cazar con la chita callando" o de una manera silenciosa.

La última teoría defiende que derivaría del verbo "chistar" como onomatopeya de mandar callar: "¡Chist!" que es un gesto sonoro que utilizamos para imponer silencio cuando hay un gran griterío que queremos acallar y que se suele acompañar poniendo el dedo índice perpendicular a los labios.

INTRODUCCIÓN

El actual blog presenta un compendio de múltiples y variadas expresiones populares, que podrían muy bien significar un buen resumen de la id...